“La historia no puede ser silenciada, no puede ser cambiada. Somos una nación civilizada. Tenemos 7.000 años, así que no pueden negarlo.”
(Ator Ishaq, mujer asiria)
Los asirios son una de las naciones más antiguas de Mesopotamia, tierra que ellas mismas denominan Beth Nahrin, que significa literalmente “tierra entre ríos”. Esta nación está compuesta por diferentes pueblos, entre los que se encuentran los siriacos, los asirios y los caldeos. Étnicamente son un grupo compacto aunque se reparten por diferentes iglesias. Esta división sectaria tiene una fuerte influencia sobre su propia identidad y sobre el modo en el que se autodenominan. Son esencialmente tres: la “Iglesia Siriaco-Ortodoxa”, la “Iglesia Asiria del Este” y la “Iglesia Caldea”. Los asirios, junto con los siriacos, armenios, griegos y nabateos, fueron de los primeros pueblos en convertirse al cristianismo y difundir esta fe en Persia, India y el Lejano Oriente. Estas poblaciones hablan diferentes dialectos o variantes de lo que hoy se denomina neoarameo o lengua siriaca. Todas proceden del arameo antiguo, una de las lenguas más ancestrales del mundo, que pertenece a la familia de los idiomas semíticos. Estas lenguas se encuentran en peligro de extinción debido a la dispersión, asimilación y represión constante contra sus poblaciones1.
Ator Ishaq es asiria en Rojava, conocida entre su población como “yadê Aşûr” o como ella misma se describe “chica de Tell Temir2 y nieta de Xabûr” explica la conexión entre los asirios, siriacos y caldeos:
Ator Ishaq: No hay diferencia entre culturas y costumbres. Los caldeos son hijos de Acad; los siriacos son hijos de Sargón y los asirios son hijos de Aşûr. Sargón, Acad y Aşûr eran hermanos. Cada uno de los hermanos querían gobernar, así que la ciudad fue conquistada. Así que los descendientes de Sargón fueron siriacos, los Aşûr asirios y los acadios caldeos.
Fuimos nombrados como caldeos, siriacos, asirios y armenios; y cada iglesia tiene su propio Estado. Algunas pertenecen a la Iglesia de Oriente y algunas pertenecen a la Iglesia de Occidente. La tierra habla de los asirios. El campo asirio no puede ser comprado. No pueden hacer temblar la tierra. La historia no puede ser silenciada, no puede ser cambiada. Somos una nación civilizada. Tenemos 7.000 años, así que no pueden negarlo.3
Las cristianas han sobrevivido a la islamización a través de los siglos y los diferentes imperios a las que han estado sometidas hasta el día de hoy. Antes de 1914 los asirios, siriacos y caldeos, los primeros también llamados el pueblo Nasturi (nestorianos), vivían en una amplia región en lo que hoy es el sureste de Turquía, el noroeste de Irán y el norte de Siria e Iraq. Pero hacía finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, con la desintegración del imperio Otomano, los asirios como los armenios y griegos, fueron objeto de inmensas masacres, forzosas deportaciones y saqueos de sus propiedades.
Genocidio de Seyfo
“No debemos dejar que regresen a sus tierras.”
(De un telegrama de Talaat4 a los gobernadores de las provincias de Mosul y Van, 30 de junio de 1915)
El genocidio asirio-siriaco, también conocido como Genocidio de Seyfo5, hace referencia al asesinato masivo y deportaciones de la población asiria del Imperio Otomano durante los años 1890, la Primera Guerra Mundial y el período de 1922-1925. Las masacres y la limpieza étnica en Oriente Medio se desarrollaron de diferente manera dependiendo de los territorios. Los acontecimientos reflejan las divisiones territoriales y religiosas entre los asirios, configurando así tres patrones diferentes. El primer patrón sería la limpieza étnica, que tiene su máximo exponente en la masacre de asirios pertenecientes a la Iglesia Asiria del Este en la zona montañosa de Hakkari. El segundo patrón se refiere a la invasión y asimilación en Urmia, una parte del noroeste de Irán, poblada tanto por miembros de la Iglesia Siriaca Ortodoxa como la Iglesia Caldea. El tercer patrón fueron los ataques sistemáticos, sociales, económicos y de migración forzosa en las ciudades y pueblos de la provincia de Diyarbakir, poblada principalmente por creyentes siriacos-ortodoxos y siriacos-católicos.6
Cabe destacar el rol que tuvo el Dr. Mehmed Reşit Şahingiray, miembro prominente del Comité de Unión y Progreso (Jóvenes Turcos)7. Fue gobernador de la provincia de Diyarbakir y uno de los principales promotores de la masacre de cristianos. Por ello fue apodado el “Carnicero de Diyarbakir”. Casado con una nieta del Emir kurdo de Botan, Badri Khan Mazlume, aprovechó este hecho para negociar y convencer a las tribus kurdas Milli, Rama y Karakeçi, para que fueran el brazo ejecutor del exterminio de los cristianos8. Ya antes de ser gobernador de Diyarbakir, Reşit participó en la deportación masiva de griegos en 1914.
Reshid Şahingiray, junto a Ibrahim Badreddin, miembro del Comité de Unión y Progreso local, orquestaron la limpieza étnica. Según Rafael de Nogales, mercenario venezolano que se enroló en el ejército otomano durante la I Guerra Mundial, cuenta en sus memorias “Cuatro años bajo la Media Luna”, que el gobernador de Diyarbakir le dio a entender que las ordenes generalizadas contra todos los grupos cristianos fueron expuestas en un telegrama enviado por Talaat Paşa que contenía sólo tres palabras “Yak, vur, öldur” (“Quemen, demuelan, maten”). Se estima que 200.000 cristianos fueron asesinados sólo en la provincia de Diyarbakir.
Estas masacres hay que situarlas en su contexto, que es la desintegración del Imperio Otomano, la I Guerra Mundial y la creación de la república de Turquía, donde se organizaría geográficamente las zonas de influencia colonialistas en Oriente Medio. Tanto los actores regionales como internacionales tenían ambiciones en estos territorios, afectando a los diferentes grupos étnicos que vivían en la zona fronteriza, principalmente kurdos suníes y chiíes, azeríes de habla turca, armenios, asirios-siriacos, caldeos y judíos. Tanto Rusia como Gran Bretaña utilizaron a los cristianos de la región, principalmente asirios y armenios, para incitar a las revueltas y debilitar al Imperio Otomano desde su interior. Estos imperios prometieron el reconocimiento nacional de los pueblos cristianos, así como una amplia autonomía o incluso un Estado nacional propio. Más tarde, durante la I Guerra Mundial y los años posteriores de los mandatos francés y británico, fueron también utilizados como tropas sobre el terreno.
En vísperas de la guerra entre Rusia y el debilitado Imperio Otomano, el ministro del Interior Talaat Paşa envió un telegrama cifrado a la provincia de Van donde se decretaba la expulsión de los asirios de la frontera con Irán. Su orden del 26 de octubre de 1914 decía:
“La posición de los nestorianos siempre ha sido dudosa a los ojos del gobierno debido a su predisposición a dejarse influenciar por los extranjeros y a actuar como canal e instrumento para ellos. Debido a la operación y los esfuerzos en Irán, la importancia de los nestorianos para el gobierno ha aumentado. Especialmente los que se encuentran en nuestra zona fronteriza con Irán, debido a la falta de confianza del gobierno… [serán castigados con su] deportación y expulsión de sus localidades para apropiarse de provincias como Ankara y Konya, para ser trasladados de forma dispersa para que en lo sucesivo no estén juntos en masa y se asienten exclusivamente entre la gente musulmana, y que en ningún lugar se superen las veinte viviendas.”9
Esta orden no llegó a aplicarse porque la guerra con Rusia estalló pocos días después. En su lugar, la caballería irregular kurda, formadas por algunas tribus afines al gobierno Otomano, perpetró masacres destinadas a provocar la huida de la población. Desde este punto de partida, los ataques contra los asirios se extendieron hacia el este en Irán y hacia el oeste en las provincias de Bitlis, Diyarbakir, Harput y Alepo.
Las tropas otomanas, la caballería irregular kurda, los criminales indultados, los yihadistas locales y los escuadrones de la muerte especialmente formados para esta tarea, fueron los principales autores. En todos los territorios los asirios intentaron oponer resistencia armada y en pocos casos tuvieron éxito. Las casas y otras propiedades de las víctimas fueron confiscadas por el Estado y redistribuidas entre los refugiados musulmanes. El grueso de las matanzas patrocinadas por el gobierno cesó con la orden del ministro del Interior Talaat de poner fin a la hostilidad contra los asirios (pero no contra los armenios) el 25 de diciembre de 1915. Después de esa fecha, los asirios siguieron siendo atacados, pero de forma individual y sin el beneplácito del gobierno. La guerra terminó en noviembre de 1918 y algunos de los asirios que sobrevivieron intentaron volver a sus hogares.
Cuando se estableció la República de Turquía en 1923, se produjo una nueva una nueva ola de violencia estatal contra los asirios que aún permanecían. Los que intentaban revivir sus pueblos en Hakkari fueron expulsados mediante una gran operación militar. El patriarca asirio ortodoxo fue enviado al exilio y los miembros de su iglesia que vivían en la ciudad de Urfa fueron deportados en 1924. Sólo quedó un minúsculo enclave de asirios en el pequeño distrito sureste de Midyat (también conocido como Tur Abdin).

Elenor, mujer caldea de la ciudad de Serêkaniyê: Como cristianos en el año 1914 fuimos masacrados. El sultán Abdul Hamid junto con el ministro del interior del estado Otomano, Talaat Paşa, planificaron el genocidio de muerte a todos los cristianos y la desaparición de las raíces armenias. Como socio del imperio Otomano, el Estado alemán jugó un rol importante en aquella matanza. Sin hacer ninguna diferencia entre armenios, siriacos, asirios y caldeos, en aquel genocidio de 1917 todos los cristianos fueron masacrados.10
En una rara muestra de cooperación intersectaria, en 1919 los asirios, siriacos y caldeos de todas las confesiones presentaron una petición a la Conferencia de Paz de París11, en la que afirmaban que un total de 250.000 de ellos habían sido asesinados en Anatolia o en el Irán ocupado por los turcos durante la guerra. Calcularon que se trataba de la mitad de la población original. En 1922, en las negociaciones de paz de Lausana12, elevaron esa cifra a 275.000. La exactitud de estas cifras es imposible de corroborar.
La forma en que se asesinó a la gente fue extrema en algunos lugares y se procedió a la humillación pública de los líderes locales y sus familias. Por ejemplo, en Mardin el 10 de junio de 1915, cuatrocientos prisioneros desfilaron por la calle principal de la ciudad con pesadas cadenas. El vicegobernador de Diyarbakir y el jefe de policía organizaron la marcha. Muchos de los líderes cristianos, especialmente los jefes de las iglesias, mostraban visibles heridas causadas por la tortura y las palizas. Mientras caminaban por el centro de la ciudad, se animaba a la población musulmana a insultarles, mientras que a las familias de las víctimas se les prohibía salir de sus casas. Las mujeres asirias fueron objetos de abusos sexuales, violaciones y otras formas de atrocidades de género.13
Genocidio armenio
“Durante esta sangrienta tragedia, un hombre estaba sentado en el balcón de su terraza respirando el aire fresco de la mañana y contemplando el resplandor rosado del fuego que se desataba desde el avión: era el gobernador de Mardin, era Bedreddin Bey. Los bárbaros degollaban y quemaban a sus súbditos, él fumaba su cigarrillo.”
(Hyacinthe Simon14 monje dominico)
El genocidio armenio, al igual que el genocidio asirio y las masivas deportaciones de griegos, tuvo lugar con una planificación exhaustiva por parte del gobierno de los Jóvenes Turcos y fue llevada a cabo en diferentes fases sobre las poblaciones de toda Anatolia. La primera fase supuso la imposición de un acoso y violencia esporádica a las minorías cristianas por parte de los Jóvenes Turcos, cuando estos lanzaron su política de “nacionalización” cultural y económica. El miedo a una rebelión por parte de los armenios apoyados por potencias internacionales entre las élites otomanas, estimuló las persecuciones en el invierno de 1914-1915 cuando, por ejemplo, todos los funcionarios armenios fueron despedidos de sus puestos y los soldados armenios fueron desarmados y colocados en batallones de trabajo.
La siguiente fase fue la detención, deportación y asesinato de todas las élites armenias, que comenzó en la ciudad de Estambul, donde entre 235 y 270 clérigos armenios, médicos, editores, periodistas, abogados, profesores y políticos armenios sufrieron este destino. Esto despojó a la comunidad de sus líderes políticos, intelectuales, culturales y religiosos. Las detenciones se expandieron por toda Anatolia y se arrestaron a docenas de hombres armenios y asirios, a los que se les hacía confesar deslealtad y alta traición bajo torturas. Mientras tanto, las autoridades gubernamentales extorsionaba grandes sumas de dinero a las familias de los detenidos, que ofrecían una compensación económica a cambio de la liberación de sus esposos, padres e hijos.
El 23 de mayo de 1915 dio comienzo la tercera fase donde el régimen autorizó oficialmente la deportación general de todas las armenias otomanas al desierto de Deir ez Zor. Ya en la primavera de 1915, el Ministerio del Interior comenzó a deportar armenias a nivel local, primero a Anatolia central y luego al desierto de Deir ez Zor. A partir de mayo de 1915, las deportaciones masivas se convirtieron en auténticas marchas de la muerte. Esta fase final coroló el genocidio armenio, miles de personas murieron por el camino debido a las durísimas condiciones de su deportación, otras miles más fueron asesinadas en masa. Al final de la guerra, los aproximadamente 2.900 asentamientos armenios de Anatolia (pueblos, ciudades, barrios) fueron despoblados y entre un millón y un millón y medio de armenios habían sido asesinados. Podemos ver la crueldad de estos actos en un testimonio recogido a un superviviente asirio en 1921:
“Por la noche”, relató el asirio, “una gran multitud de gendarmes bien armados llegó desde la ciudad. Inmediatamente ordenaron separar a los armenios de los asirios. Entonces ataron a los armenios y los llevaron a un cuarto de hora de distancia. Pronto se oyeron muchos disparos… Nos dimos cuenta de que nuestros compañeros armenios estaban siendo masacrados… Cuando los gendarmes volvieron al pueblo, los asirios pensamos que pronto nos tocaría a nosotros también. Nos proporcionaron linternas y tuvimos que ir hacia el lugar de la matanza… Tuvimos que arrojar a los armenios asesinados a un pozo profundo. Había varios entre ellos que aún respiraban, uno incluso podía caminar, se lanzó al pozo voluntariamente. Cuando todos los muertos y medio muertos habían sido arrojados, tuvimos que sellar el pozo y amontonar tierra y cenizas sobre él.”15

Algunos grupos reducidos de armenios y asirios pudieron salvar la vida gracias a sus vecinas kurdas o árabes, que les acogieron y escondieron en sus casas. A día de hoy, las nietas y bisnietas de las armenias que sobrevivieron a la masacre relatan estos hechos y aún temen el poder de destrucción del Estado turco. Women Defend Rojava en 2019 realizó una entrevista a dos nietos de supervivientes del genocidio armenio, aún siendo ya muy mayores, recuerdan perfectamente lo relatado por sus padres y familiares sobre la masacre.
Hombre armenio en Qamişlo: Rezamos y esperamos que nuestras plegarias sean escuchadas, que nuestras demandas sean aceptadas. Pero los Estados internacionales no tienen conciencia. Si tuvieran conciencia no habrían esperado 100 años para admitir que entre un millón y medio y dos millones de personal fueron masacradas y asesinadas. ¿Es eso conciencia? No. Voy a decir al mundo entero: Desde los árabes a los kurdos, a los cristianos y a todos los pueblos del mundo, ¿Dónde está la conciencia humana cuando dos millones de personas son masacradas?
Mujer armenia en Qamişlo: Primero nos reportaron que nuestras armas estaban confiscadas y entonces fuimos atacadas. Ellos raptaron a nuestras hijas y nuestras mujeres, y entonces fue nuestro turno. Nos atacaron y nos asesinaron. Solo algunas personal aquí y allá pudieron escapar, pudieron huir, escondiéndose en los valles, los bosques y los campos. Individuos como mi padre y mi tío. Pero no hubo una huida general. Familias enteras fueron asesinadas. Excepto mi padre, mi tío y mi hermana, ninguno más de mi familia pudo escapar, el resto fueron asesinados. ¿Quién los asesinó? Alemania los asesinó. Ellos tratan de culpar a los kurdos, pero no fueron los kurdos. Alemania hizo la división y puso a la gente una contra otra. Escapamos de nuestras casas, pasamos hambre, fue una experiencia terrible. Comimos lo que caía en nuestras manos. Tanta violencia y sufrimiento sobre nuestra tierra.
Hombre armenio en Qamişlo: Hoy los aviones bombardean sin saber a quién están matando. Pero antes ellos sabían al pecho de quién estaban apuntando. Ellos veían y sabían a quién estaban matando. Primero mataron a nuestros estudiantes, después a nuestros religiosos y a nuestros sacerdotes y finalmente asesinaron a nuestros profesores. Todas las armas que los cristianos tenían fueron confiscadas. Los chicos jóvenes que estaban en buenas condiciones físicas no los mataron inmediatamente, para que los estados extranjeros no supieran qué estaba ocurriendo. Pero estos países: Rusia, Francia, Italia, Alemania e Inglaterra fueron cómplices de Turquía. Ellos apoyaron a Turquía y al sultán Hamid. Tuvieron un acuerdo con Turquía. Su objetivo era matar a todos los armenios, hasta el último. Ellos ordenaron asesinar a todos los cristianos, jóvenes y viejos por igual. Y los Estados internacionales procedieron sin conciencia. Ningún Estado ha admitido este genocidio, y ahora, después de 100 años, ¿qué es lo que queréis admitir?
Mujer armenia en Qamişlo: Tenemos miedo de Turquía. Hasta este momento, te digo, tenemos miedo. Sentados en nuestras casas y tenemos miedo. Él es un tirano, ¿no sabes esto? Los kurdos no nos hicieron nada. Nuestro bisabuelo ara amigo de los kurdos. Y hasta este momento, nosotros y los kurdos somos amigos. Los kurdos no son hostiles con nosotros, tenemos hijas y nueras kurdas y los kurdos no nos han hecho nada. Quien amenaza nuestras vidas es Turquía. Hasta este momento, sentados en nuestras casas, tenemos miedo.
Tanto el genocidio armenio, como el genocidio asirio y las masivas deportaciones de griegos nunca han sido reconocidos por el Estado turco a pesar de las múltiples evidencias de las masacres. Tampoco ningún Estado colonial, como fue el Estado alemán, que tenía sobrado conocimiento de las masacres, ha sido juzgado o ha admitido su negligencia. Hasta el día de hoy, las comunidades cristianas de Oriente Próximo, así como las bisnietas de aquellas cristianas que pudieron escapar al genocidio, piden justicia y el reconocimiento de dichas masacres. Cada 24 de abril se recuerda el comienzo de este genocidio y es el día de la fiesta nacional en el Estado armenio.

Masacre de Simele
“Mis abuelos nos decían: ‘Vinimos y nos instalamos aquí para poder volver a nuestro lugar en Iraq’. Pero con el paso del tiempo construyeron su vida aquí y se establecieron.”
Ator Ishaq
Tras el desmembramiento del Imperio Otomano las nuevas fronteras trazadas por el colonialismo europeo generaron sentimientos nacionalistas entre los diferente pueblos de la región, kurdos, árabes, asirios, armenios, etc. Con la creación del mandato británico en Mesopotamia las tensiones nacionalistas entre kurdos y árabes, así como entre musulmanes y cristianos fueron azuzadas por el Estado colonial, que entregó la mayor parte de la parcela de poder a los árabes. Los asirios de la Iglesia Asiria del Este, que habían huido de las masacres en 1915 y 1923-25 hacia los asentamientos asirios de las montañas del norte de Iraq, fueron utilizados como arma arrojadiza entre kurdos y árabes bajo el control del imperio británico.
Con la independencia del Reino de Iraq en 1932 y su entrada a la Liga de las Naciones la posición árabe se reforzó bajo la corona del rey Faysal II. Los asirios pidieron una región autónoma de facto en el nuevo Estado independiente de Iraq y trataron de presionar a la Liga de las Naciones para que protegieran sus derechos como minoría religiosa. Pero ni el antiguo mandato colonial, ni la Liga de las Naciones, hicieron nada para asegurar su protección. Los asirios se sintieron profundamente traicionados por el antiguo mandato británico, que les dejó en una posición vulnerable frente a las fuerzas árabes y kurdas en el territorio.
Los nestorianos crearon una milicia para presionar al Reino de Iraq y un conflicto estallo en julio de 1933 en la ciudad de Dirabun. Aunque no causó muchas bajas en ninguno de los dos bandos, llevó a una fuerte propaganda anticristiana entre la población musulmana. La respuesta de los árabes no se hizo esperar y el ejército fue enviado bajo el mando de Bakr Sidqi16 al norte del país para frenar las revueltas asirias. En la región montañosa de Bekher entre las ciudades Zakho y Duhok centenares de hombres adultos asirios fueron fusilados. Las mujeres y las niñas no tuvieron un mejor destino, centenares de mujeres fueron violadas y asesinadas de formas cruentas, niñas menores fueron secuestradas y nunca más se volvió a saber de ellas17. Un niño que sobrevivió a la masacre relató su experiencia:
“Mis amigos y yo vimos cómo un avión entraba en Simele y empezaba a disparar. Los asirios se reunieron en las casas. Como los hombres estaban siendo masacrados, las mujeres empezaron a hacer que los niños pequeños (incluyéndome a mí) parecieran niñas para que no los mataran. El tercer día después de que empezara la matanza, (algunos llevaban uniformes iraquíes, otros no) reunieron a algunos asirios y les dijeron: ‘U os hacéis musulmanes u os mataremos’.”18
Mientras el ejército iraquí perpetraba la masacre, en la que se estima que tres mil personas fueron asesinadas, los vecinos kurdos, árabes y êzîdis aprovecharon el momento para robar las pertenencias y propiedades de sus vecinos asirios, ocupando sus pueblos y apropiándose de sus rebaños y terrenos. Más de 60 aldeas asirias fueron saqueadas.
“Después de matar a todos los hombres, los soldados desnudaron a los muertos, llevándose sus cosas de valor, y fueron a por las mujeres. Los árabes y los kurdos saquearon la ciudad. Las mujeres más guapas fueron maltratadas, despojadas y las dejaron marchar. La esposa de Yako, el supuesto líder de los asirios que se había marchado a Siria, fue violada repetidamente, despojada, para más tarde dejarla ir, al igual que sus dos hijas.”19
Debido a la masacre, alrededor de 6.200 asirios abandonaron las llanuras de Nínive inmediatamente hacia el vecino mandato francés de Siria y en los siguiente años se les unirían otros 15.000 refugiados. La mayoría de ellos se concentraron en la región de Cizirê y construyeron varias aldeas a orillas del río Xabûr.
Ator Ishaq: Mis abuelos nos decían: ‘Vinimos y nos instalamos aquí para poder volver a nuestro lugar en Iraq’. Pero con el paso del tiempo construyeron su vida aquí y se establecieron. Excavaron casas en la tierra y también se hicieron sus terrenos. Así se olvidaron de volver y se convirtieron en los asirios de Siria. Al principio se distribuyeron en el distrito de Til Temir, cada tribu nombró su pueblo según su ubicación. Por ejemplo, los que venían de un lugar alto de Iraq llamaban a su pueblo ‘Ser Sibiko’ o ‘Til Tewil’. Que significa «lugar alto». Tenemos la tribu Tiyar, que procedía de Tiyar. El nombre Til Temer en asirio es ‘Tiyar’. Tenemos a Txuma. Este es también un lugar famoso, con árboles y agricultura. La zona verde significa ‘Txuma’. Til Cuma es el nombre del pueblo en árabe, pero su nombre asirio es ‘Helmond’. Porque también eran del distrito de Helmond, en Iraq, y así se trasladó con él. Sucede que cada pueblo tiene su propio significado. Había unos 34 pueblos asirios a orillas del río Xabûr. Esta línea de pueblos asirios tiene unos 40 kilómetros de largo y 10 de ancho.20
1Georges, Ricardo. 24 de Abril; Otras víctimas: 1915 “Seyfo” Los Asirios de la Alta Mesopotamia y y su limpieza étnica; “Nor Sevan”; https://www.norsevan.com/post/seyfo-limpieza-etnica-asiria-genocidio-armenio-alta-mesopotamia
2Tell Temir es una población de Rojava de gran diversidad étnica, conviven en ellas kurdos, asirios, siriacos y árabes. Se encuentra al lado del río Xabûr, hoy prácticamente desaparecido por los cortes constantes por parte de Turquía de los principales ríos que llegan a la región.
3Nûdem, Şervîn; Gûldiveê Luqman. 2021; Encamên Lêkolîn û Analîza Sosyolojîk li ser Jin û Civaka Rojava / Bakur û Rojhilatê Sûriyê; Ed: Akademiya Jineolojî; pág. 82 y 83
4Mehmet Talaat Paşa: fue un miembro del movimiento de los Jóvenes Turcos y uno de los principales dirigentes del Imperio otomano entre 1913 y 1918. Responsable directo del genocidio armenio y asirio en Turquía.
5Seyfo es una palabra aramea que significa “espada”, muchos asirios llaman al genocidio de Seyfo “los años de la espada”.
6Gaunt, David; Atto, Naures; Barthoma, Soner O. 2017; Contextualizing the Sayfo in the First World War; “Let them not return”; Ed. Berghahn Books; pág. 2
7Jóvenes Turcos: es el sobrenombre de un partido nacionalista y reformista turco de principios del siglo XX, oficialmente conocido como el Comité de Unión y Progreso (CUP) —en turco İttihat ve Terakki Cemiyeti—, cuyos líderes se rebelaron contra el sultán Abdul Hamid II, quien fue oficialmente depuesto y desterrado en 1909. Se creó un triunvirato integrado por Talaat Pasha, Ministro del Interior, Enver Pasha, Ministro de Guerra, y Ahmed Cemal Pasha, Ministro de Marina que gobernaron el Imperio otomano entre mediados de 1908 y el final de la Primera Guerra Mundial. Durante su gobierno, perpetraron el genocidio armenio y son culpados por promover persecuciones y masacres contra griegos y asirios en Anatolia.
8Georges, Ricardo. 24 de Abril; Otras víctimas: 1915 “Seyfo” Los Asirios de la Alta Mesopotamia y y su limpieza étnica; “Nor Sevan”; https://www.norsevan.com/post/seyfo-limpieza-etnica-asiria-genocidio-armenio-alta-mesopotamia
9Idem; pág 4. Ministerio del Interior al gobernador de la provincia de Van, 26 de Octubre 1914, BOA DH. Ş FR 46/78
10Nûdem, Şervîn; Gûldiveê Luqman. 2021; Encamên Lêkolîn û Analîza Sosyolojîk li ser Jin û Civaka Rojava / Bakur û Rojhilatê Sûriyê; Ed: Akademiya Jineolojî; pág. 85
11Conferencia de Paz de París (1919): fue la reunión de los Aliados después del armisticio para acordar las condiciones de paz tras la I Guerra Mundial con los países de las Potencias Centrales: Alemania, el Imperio Otomano, Bulgaria, Austria y Hungría.
12Negociaciones de paz de Lausana: fue una reunión entre los gobiernos de Grecia, Turquía y las naciones aliadas de la I Guerra Mundial donde se decidieron las fronteras de la Turquía moderna tras la derrota del Imperio Otomano, de dicha reunión surgió el Tratado de Lausana, firmado el 24 de julio de 1923.
13Gaunt, David; Atto, Naures; Barthoma, Soner O. 2017; Contextualizing the Sayfo in the First World War; “Let them not return”; Ed. Berghahn Books; pág. 11
14Ümit Üngör, Uğur. 2017; How Armenian was the 1915 Genocide?; “Let them not return”; Ed. Berghahn Books; pág. 40
15Ümit Üngör, Uğur. 2017; Idem; pág. 46
16Bakr Sidqi al-Askari: originario de una familia kurda de Kirkuk hizo carrera militar desde muy joven bajo el imperio Otomano y más tarde en el Ejército Real Iraquí. Fue uno de los principales responsables de la Masacre de Simele en 1933, lo que le llevó a un ascenso en la jerarquía militar. Más tarde orquestó un golpe de estado contra la administración de Yasin al-Hashimi en 1936, bajo el reinado de Gazhi, para finalmente ser asesinado en 1937.
17Donabed, Sargon George. 2015; Iraqi building a ‘Nation’-State; “Reforging a Forgotten History: Iraq and the Assyrians in the Twentieth Century”; Ed. Edinburg University Press Ltd; pág. 110
18Elias Haroon Bazi (Hejerke-Simele), entrevista con el autor, 24 de febrero de 2008, Toronto. Idem. pág. 110
19Barclay Acheson, executive secretary, Near East Foundation to Hon. Wallace S. Murray, chief, Division of Near Eastern Affairs, 13 September 1933, 890g.4016 Assyrians/90.
20Nûdem, Şervîn; Gûldivê Luqman. 2021; Encamên Lêkolîn û Analîza Sosyolojîk li ser Jin û Civaka Rojava / Bakur û Rojhilatê Sûriyê; Ed: Akademiya Jineolojî; pág. 86
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